ROCK THE COAST 2019: cuernos, sol y playa.

Por fin llegó la primera edición del Rock The Coast, que se celebraba en la localidad malagueña de Fuengirola. El lema que había lanzado la organización fue ”cuernos, sol y playa”, y no era para menos, pues su emplazamiento en el Marenostrum, nos dejaba dos escenarios a pie de playa, y un tercero dentro del castillo de Sohail.

Para nosotros no comenzaba el festival como hubiéramos querido, ya que tener que acudir al puesto de trabajo por la mañana y el horario de nuestro vuelo hizo que nos perdiéramos gran parte de la jornada del viernes, y quedarnos con las ganas de ver a Bloodhunter, Blaze o Tarja.

Quizás la única ventaja de llegar treinta minutos antes del inicio de Scorpions fue que no tuviéramos ningún problema a la hora de recoger nuestra pulsera ni al acceder al recinto.

Con un recinto hasta la bandera, hacían acto de presencia los germanos en el escenario principal, con Klaus Meine a la cabeza a ritmo de “Going Out With a Bang”. A pesar de no comenzar con un buen sonido, las ganas de ver a la banda se palpaban en el ambiente, e intuíamos que unos cuantos estaban allí solo por ellos. Vimos un par de temas más Make It Real” y “Is There Anybody There?”, con proyección de la bandera española en las pantallas del escenario, mientras eran ovacionados por el público. Poco después, decidimos desplazarnos al escenario del castillo, pues no queríamos perdernos ni un solo minuto de Aborted.

A pesar de coincidir con uno de los cabezas de cartel, Aborted congregaron a un mayor número de gente de lo que habíamos esperado, dejándose ver por allí a miembros de Dark Tranquility o Angelus Apatrida, que se disponían a hacer lo mismo que el resto: disfrutar de una tarde-noche marcada por la buena música en directo.

Comenzaron con “Retrogore” y desde esos primeros acordes, sonaban como un tiro. Sin duda, son unos de los reyes del brutal death y venían a demostrarlo. Les siguieron “TerrorVision y “Deep Red” donde pudimos atisbar los primeros mosh pits en esas primeras filas. Un setlist completo haciendo un repaso a sus álbumes con temas como “Termination Redux”, «The Holocaust Incarnate» o “Squalor Opera”, para finalizar su show con “Threading on Vermillion Deception” y “The Saw and the Carnage Done”. Gran directo el de los belgas con un Sven De Caluwe impecable a la voz y que, a los que acudimos al castillo como alternativa a Scorpions, nos dejó más que satisfechos.

Era el turno de acercarnos a echar un ojo a Europe, grupo de la infancia de muchos de los que estábamos allí. Unos meses antes se les pudo ver actuando en salas, y dudamos que tuvieran la expectación que levantaron en Fuengirola.

La ubicación de los escenarios 1 y 2, parecía a priori desaprovechada, pues no se podían utilizar a la vez, pero sí que resultaba cómoda para, por ejemplo, los fans de Scorpions y Europe, que solo tenían que desplazarse unos metros para acudir al otro escenario.

Los de Gotemburgo comienzan con “Walk the Earth”, perteneciente a su último trabajo de estudio del mismo título. Buena salida a escena y gran recibimiento por parte del público. Le sigue “The Siege” y vemos a un Tempest activo moviéndose por todo el escenario, cosa que visualmente se agradece, todo esto acompañado de un gran sonido. Llega uno de sus clásicos, “Rock The Night”, que es recibido con una sonora ovación por parte de los allí presentes, pues es uno de esos temas que llevas escuchando desde los 80. Tras “Scream of Anger” para nosotros llega la hora de recuperar fuerzas y aprovechar para cenar, ya que no queríamos perder detalle de Carcass.

Cerveza en mano, cogemos sitio en el escenario principal mientras se escuchaba el “The Final Countdown”, momento que muchos de los presentes aprovecharon para abandonar el recinto con el final del concierto de los suecos.

Curiosamente, muchos de los que podíamos ver en esas primeras filas, eran los mismos que habíamos visto antes con Aborted. A la una de la madrugada salen a escena los británicos Carcass con la intro “1985”. Tras unos pequeños problemas técnicos, comenzó a sonar316L Grade Surgical Steel”, la gente estaba con ganas, pero se notaba que el día había sido muy largo para algunos. Llegaban los temas de su discazo “Heartwork” como “Buried Dreams” o “Death Certificate”, intercalándolos con temas del disco “Surgical Steal”, lo más parecido a un greatest hits de la banda. Su tema elegido para terminar el show fue su clásico “Heartwork”, canción habitual para cerrar sus conciertos. Una banda que siempre es una apuesta segura y que no defrauda. Como punto negativo y a pesar de que Jeff Walker no paro de repartir latas de cerveza en las primeras filas, la hora y el cansancio hicieron mella en los presentes.


El sábado arrancamos el día con Chaos Before Gea, una más que prometedora banda a la que le tocaría dar su concierto en el escenario más pequeño, pero que estaba dentro del castillo de Sohail, sin duda uno de los puntazos del festival.

El disco con más presencia en su setlist fue su última entrega, comenzando con tres canciones del mismo, «Chronos», «Rebirth» y «The Void». Esta primera canción sirvió de gran inicio gracias a su inicio increscendo y pesados riffs. No obstante pronto se revelaría el problema del sonido, ya que si bien los instrumentos sonaban correctamente, quizá el volumen era demasiado alto para el recinto amurallado. Por suerte para los que allí nos encontrábamos, esto no supuso impedimento alguno para disfrutar del concierto. Eso sí, la batería y la voz sonaban no sólo bien, sino que ambos músicos fueron quizá los miembros más destacados del grupo en ese día.

Tras estas tres canciones revisitarían su segundo disco con la canción que le da nombre, «Khâron», un corte que daría paso a otras tres canciones de su última entrega «Consciousness, Conscience», «From the Cradle to the Grave» y «Legacy of the Flame». Estos serían los últimos temas que tocarían de su tercer disco, tras las cuales volverían a su segundo trabajo con «Red Lights» y finalizarían con «Lobo», del primer álbum.

En conjunto, un concierto interesante de este grupo malagueño que merece más atención dada su calidad y que a nosotros nos sorprendió muy gratamente.

A las 15:30 nos acercamos al escenario 2, allí estaban a punto de salir los ucranianos Jinjer, Una de esas bandas que hemos podido ver cómo ha crecido en muy poco tiempo, pues en apenas dos años han pasado de tocar en salas pequeñas a verles en los mejores festivales de Europa.

La banda liderada por su frontwoman Tatiana Shmailyuk comenzaba su actuación con “Words of Wisdom” tema incluido en su disco “King Of Everything”, canción con el que suelen comenzar sus directos. Aunque no era fácil estar a esas horas bajo ese sol, muchos curiosos fueron poco a poco acercándose a conocer a la banda. Para más de uno, Jinjer resultó ser una agradable sorpresa, especialmente al escuchar el espectacular vozarrón de su vocalista.

Le siguen “Who’s Gonna Be the One” y “Captain Clock” hasta llegar a “Pisces”, canción brutal en la que Tatiana mezcla su voz melódica con su voz gutural de una manera espectacular. La banda no para de moverse y eso se contagia al público, pues no cesan los empujones en las primeras filas a cada cambio de ritmo. Terminan con “I Speak Astronomy” y “Sit Stay Roll Over” dejándonos con ganas de más. Directo corto por su situación en el cartel pero muy intenso, ganándose algunos fans que, hasta la fecha, no habían escuchado nada de ellos. Nos hubiera encantado escuchar algunos de sus temas nuevos, pero con ese tiempo tan escaso, es más que comprensible que prefirieran tirar de un setlist clásico.

Sin tiempo para mucho más que para rellenar la cerveza, se presentan en el escenario principal los albaceteños Angelus Apatrida. Mientras escuchamos las primeras notas de “Sharpen the Guillotine”, intuimos que la gente ha venido a darlo todo, pues a medida que avanza la canción, podemos ver los primeros empujones en la zona central. La hora a la que actúan también les limita un poco el tiempo de su actuación y evidentemente, eso se refleja en su setlist: los Angelus vienen a por todas.

Continúan su actuación con “One of Us” y “Of Men and Tyrants”, este último incluído en su álbum «Clockwork”, puro thrash metal. Nos van intercalando temas de su último disco “Cabaret de la Guillotine” como “Downfall of the Nation”, hasta que llegamos a uno de los regalos de la tarde: la versión de Slayer del tema “The Antichrist”.

El sol no da respiro alguno. Esto, unido a los empujones y los mosh pits, hace que el público sude la gota gorda. Con “Give’Em War” se abre un pasillo central, para salir corriendo unos frente a otros con el cambio de ritmo de la música, ¡La que están liando!. Para cerrar su show y sin dar tregua a nadie, suena “You Are Next”.

Hemos podido gozar de los Angelus en varias ocasiones y, cada vez que hemos coincidido con ellos, se han marcado un directazo. Sin duda, estamos deseando ver cómo juegan fuera de casa este próximo mes de agosto en el Wacken.

Moviéndonos solo unos metros hasta el escenario 2 de nuevo, es el turno de los suecos Dark Tranquillity, banda de la que hemos disfrutado con anterioridad en Bilbao presentando su último trabajo “Atoma” y que no queríamos perdernos. Comienzan con “Encircled”, el sonido es bastante malo ya que por momentos las guitarras rítmicas no se escuchan y esta será la tónica de todo su show. Un impecable Mikael Stanne que, ajeno a cualquier problema técnico, sigue su actuación como si nada, mientras derrocha simpatía y buen rollo. A pesar de que su setlist es muy parecido al que pudimos disfrutar en sala, para los que seguimos a los de Gotemburgo, nos parece espectacular. Suenan temas como “Monochromatic Stains”, “The Treason Wall”, “The Science of Noise” o “The Mundane and the Magic” hasta llegar a “Atoma”, canción que da nombre a su último trabajo y que se convierte en una perfecta sincronía entre banda y público, con un Mikael acercándose a las primeras filas para cantarla con ellos. Su fin de fiesta ya nos lo conocemos al dedillo, la pegadiza “ThereIn y su clásico “Misery’s Crown”, con la que esta vez Stanne no se tiró al público como acostumbra en festivales, quizás los huecos que había entre la gente no lo hacían recomendable. Directo descafeinado por el mal sonido, pero que dejó muy buen sabor de boca a los fans de Mikael y los suyos. Da gusto ver cómo disfrutan de su trabajo y transmiten esas buenas sensaciones a los presentes.

Era el momento de coger fuerzas y refugiarnos un poco del sol, asi que decidimos que con Magnum nos tomaríamos una cerveza sentados a la sombra.

Tras el merecido descanso, nos acercamos al escenario 2, pues era el turno de los suecos Opeth, a los que no habíamos tenido la oportunidad de volver a ver desde el 2005. A pesar de todo el sol que le pillaba de frente (nada que no pudieran solucionar unas gafas de sol), un directo impecable de Mikael Åkerfeldt y compañía. Comenzaron con «Sorceress», seguido de “Ghost of Perdition”, uno de esos temas que, acompañado con el buen sonido que tenían, sonó espectacular. A diferencia de las bandas que habíamos visto antes, ahora no había empujones en las primeras filas, era para estar sin perder detalle. Le siguieron “Demon of the Fall”, “The Devil’s Orchard” o “In My Time of Need”, haciendo un pequeño repaso a su discografía. Como nota curiosa, la gente coreaba el nombre de “Miguelito” en modo cariñoso hacia Mikael Åkerfeldt, cada vez que este se dirigía al público. Terminaron con “The Drapery Falls” y  la brutal “Deliverance”. Ovación de gala merecidísima para los de Estocolmo, que se marcaron un directo espectacular.

Se iban acercando las 21 horas y la gente ya fue cogiendo posiciones para ver a Rainbow con Ritchie Blackmore a la cabeza. De nuevo, el recinto hasta la bandera exactamente como ocurrió el día anterior con Scorpions. Para nosotros, no era una de las bandas que teníamos pensado ver, por lo que únicamente presenciamos sus dos primeros temas: “Spotlight Kid” y “I Surrender”.

En lugar de Rainbow, decidimos acudir al stand de firmas, ya que estaba anunciado que a esa hora pasarían por allí los noruegos Mayhem. Era una de esas oportunidades que no podíamos dejar pasar y consiguimos nuestro pequeño trofeo.

Nuestra jornada siguió más tranquila de lo que la habíamos comenzado. Sentados en la parte superior de la ladera, descansando, cenando y haciendo tiempo para Mayhem (que era uno de nuestros favoritos del festival), pudimos ver desde las alturas el paso por el Rock the Coast de The Darkness y Michael Monroe.

Tocaba despedirse de esta primera edición y lo haríamos por todo lo grande, con una de las bandas más icónicas del black metal noruego que posiblemente ofrecía una nota algo discordante en el cartel del festival, más aún, teniendo en cuenta que tocaban en uno de los escenarios grandes después de Rainbow, The Darkness y Michael Monroe. No obstante, se congregó un buen número de público para verlos, tanto por amor a su propuesta como quizá por curiosidad hacia uno de los referentes del metal extremo (no ocultaremos que alguno se marchó tras las primeras canciones viendo lo “abrasiva” de su propuesta).

Acabada ya su celebración del aniversario de «De Mysteriis Dom Sathanas» no nos regalarían la interpretación completa de su disco icónico como hicieran la última vez que nos visitaron, aunque eso nos daba la oportunidad de disfrutar de temas de otros discos. El directo arrancaría con «Ancient Skin», de su EP «Wolf’s Lair Abyss», que ya reveló una constante de este directo, el caos, en un sentido positivo. Su alto volumen y delicioso sonido imperfecto eran la avanzadilla de una puesta en escena sencilla pero cuidada que producía un gran ambiente. A esta canción le seguiría «To Daimonion», del álbum «Grand Declaration of War». A continuación escucharíamos «Psywar» y «Dark Night of the Soul» antes de dar de paso a uno de sus interludios que les permitirían cambiar de vestuario más que Axl Rose en sus buenos tiempos. Una espera totalmente justificada ya que entrábamos en territorio “De Mysteriis”,ofreciéndonos los clásicos temas «Freezing Moon», «Life Eternal» y «De Mysteriis Dom Sathanas» y con una puesta en escena con túnicas, humo, sogas de horca y calaveras. El último interludio daría paso a la canción que cerraría este brutal directo, «Deathcrush», que permitía disfrutar de una de sus composiciones más primitivas y directas.

En conjunto, un muy buen directo que se hizo algo corto en número de canciones debido a los interludios, pero que supuso un grandísimo broche de oro para cerrar la noche.

 

Un festival que sorprendió por su acierto en muchos aspectos dado que ésta era sólo su primera edición, esperando que haya sido la primera de muchas, y no dudamos que Metal Legion estará presente de una u otra manera.


Texto: Omar Campagne y Metal Legion

Fotos: fotos oficiales del Rock The Coast.

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